miércoles, 8 de septiembre de 2010

RECUERDA QUE

  • No es recomendable el ingreso prematuro en el centro de educación inicial (C.E.I.) para aquellos niñgo:
Cuyo estado de salud es deficiente y que se fatigarían a causa del horario escolar.

Que estén atravesando una crisis psicológica, sobre todo en el momento del nacimiento de un hermano. 

En este caso es aconsejable que permanezca un año mas en casa para que pueda recuperar el equilibrio familiar y no se sienta rechazado. 

Que vivan demasiado lejos de la escuela, pues los viajes de ida y vuelta les fatigaran. 

  • Es aconsejable el ingreso precoz en el C.E.I. a aquellos niños:
 Que sean hijos únicos. Aunque los padres dediquen tiempo a jugar con él, nunca podrían sustituir a los niños de su edad.

Que tengan un carácter difícil o sean tímidos.

El alejamiento del medio familiar, el contacto con niños de su edad, constituye una terapia afectiva que a menudo recomiendan los pediatras cuya madre trabaja y no puede dedicarle la atención y dedicación necesarias.

  Que tengan hermanos o hermanas mayores que vayan a la escuela. 
 
 Que sean demasiado lentos para desenvolverse solos (lavarse, vestirse, etc.) ·

Que muestran deseos de ir a la escuela. El niño que está en condiciones de ir a la escuela lo sabe y lo pide. 

No sabe exactamente lo que es la escuela, y puede que pasado el atractivo de la novedad diga que no quiere seguir yendo.

Normalmente el niño que está en condiciones de ir a la escuela siente la necesidad de conocer a otros niños y de jugar con ellos

  • Además, suele dedicarse en casa a hacer pequeños trabajos manuales, como dibujo, incluso juega «a la escuela». Los padres deben prepararse a tiempo para mandar a su hijo a la escuela:

Viendo a su hijo no como a un bebé.

Sabiendo que llevar al niño a la escuela no le altera, sino que, al contrario, le equilibra. No teniendo celos de la la maestra. 

Al contrario, es necesario fortalecer los lazos escuela-familia. 

Dándose cuenta que el paso por el Centro de Educación Inicial es imprescindible para el futuro escolar del niño

Actitud familiar frente a la escuela El niño de cuatro años debe empezar a ir a la escuela. 

De sus padres depende que el pequeño continúe deseando ir a la escuela o que acepte empezar a ir sin problemas. 

El primer día es importante. Debe prepararse con bastante antelación, no comprando todo tipo de accesorios caros e inútiles, sino manteniendo una actitud favorable frente a la escuela. 

Desde dos o tres meses antes, los padres deben hablarle al hijo de su próxima entrada en la escuela, hablándole de lo que hará allí, de sus compañeros, de sus amigos y amigas, etc.

Al mismo tiempo, la madre debe reflexionar acerca de la entrada en la escuela de su hijo para considerarla como un paso en la evolución de su hijo o de su hija, como cuando empieza a andar, por ejemplo, y no vivirlo como una separación. 

Cuando llegue el gran día, conviene que los padres acompañen juntos a su hijo hasta la escuela, aunque a partir del día siguiente sea uno de ellos el que se vaya a encargar de llevarle.

Es previsible que el niño estará emocionado. 

Puede que ya sea lo suficientemente mayor como para ocultar la emoción; los padres también deben serlo

Puede que, por el contrario, sea pequeño y se asuste en el momento en que se quede sin sus padres.

Esta despedida debe hacerse lo más breve posible, y en la mayor parte de los casos el niño se olvida enseguida.

Si el niño llora todos los días o se niega a ir a la escuela incluso después de un día fácil, habrá que actuar en función de su edad.
Si tiene cuatro años o más, habrá que insistir, aunque a esta edad es muy raro el rechazo.

Si tiene menos de cuatro años, y sobre todo si tiene dos años y medio, no se debe insistir más de una semana. 

Puede que aún no esté listo para ir a la escuela. Es mejor renunciar por este año y aplazar para el siguiente el ingreso. Se le puede ir preparando con actividades de grupo a lo largo de este período.

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